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28.02 – Teatre de Salt

13/ 14 & 15.03 – Mercat de les Flors, Barcelona

22.03 – Teatre de Tarragona

MONUMENT es un viaje evocador a la memoria de la juventud, esa etapa de búsqueda frenética, de edonismo y exploración, donde la identidad se construye y reconstruye en cada paso. A través del movimiento y el cuerpo, la obra se inspira en las subculturas que hicieron de la danza, la performance y el gesto, herramientas de reivindicación y resistencia contra las estructuras de poder establecidas, y de reafirmación de principios y valores compartidos.

A través de una multiplicidad de lenguajes corporales, MONUMENT despliega un quinteto de cuerpos que se entrelazan como agentes de una rebelión colectiva, evocando la fuerza y fragilidad de aquellos movimientos juveniles que, como cultos fugaces, desafían la autoridad en busca de pertenencia, pero que a menudo se desvanecen como ecos de un fervor transitorio.

MONUMENT se presenta como un tributo al legado de las subculturas y, simultáneamente, como el testimonio de lo que deja cada individuo en su paso por la juventud: una marca, una huella indeleble en su proceso de autodefinición. Es un in memoriam del espíritu colectivo, de la celebración del vínculo compartido y de la resistencia, pero también de la transitoriedad de un momento que, al forjarse, se desintegra.

En este escenario de transformación y crisis identitaria, MONUMENT no solo celebra el cuerpo como arma de reivindicación y empoderamiento, sino que lo reconoce también como un terreno ambiguo: el cuerpo que se afirma, que se expresa, pero también el cuerpo que se cosifica en el fragor de un proceso formativo. En ese crisol de búsqueda y negación, la juventud enfrenta la paradoja de un futuro incierto, marcando el tránsito hacia una adultez que se construirá sobre las huellas de su rebelión y de su permanente deseo de reconfigurarse. Una crisis identitaria que, lejos de resolverse, se transforma en un eco de utopías nunca alcanzadas. 

Así, MONUMENT es un homenaje a los ecos de lo vivido, a la memoria de una etapa que define y redibuja lo que somos, pero también una reflexión sobre lo que quedará después: un monumento que se erige como testimonio de esa rebeldía fugaz, de esos ideales utópicos que, al final, solo quedan en el aire como un eco lejano, un legado intangible pero persistente.